Renovar nuestras vidas: El llamado del Papa Francisco en el tiempo de Adviento

El Papa Francisco invita a reflexionar sobre la pregunta esencial para nuestra transformación espiritual:

“¿Qué debemos hacer?”

En su homilía dominical en la Plaza de Austerlitz, en Ajaccio, Córcega, el Papa Francisco instó a los fieles a cuestionarse cómo pueden renovar y mejorar sus vidas en este tiempo de Adviento. Inspirándose en el Evangelio del día, donde las personas preguntan a Juan el Bautista: «¿Qué debemos hacer entonces?» (Lc 3,10), el Santo Padre destacó que esta es una interrogante de transformación y conversión, particularmente importante para quienes se sienten alejados de Dios.

Francisco señaló que esta pregunta no proviene de los justos o los sabios, sino de aquellos considerados pecadores públicos, como los publicanos y soldados. Ellos, movidos por el deseo de cambiar sus conductas, expresan una voluntad sincera de conversión. Para ellos, Juan responde con un llamado a la justicia, la honestidad y la rectitud, especialmente hacia los más vulnerables. El Papa invitó a que todos, antes de acostarse, se hagan esta pregunta en forma de oración: «Señor, ¿qué debo hacer para preparar mi corazón para la Navidad?». Según él, este tiempo de espera por el Mesías debe vivirse con humildad y verdad, reconociendo nuestras imperfecciones y acercándonos a Dios sin maquillajes ni falsas justificaciones.

Espera gozosa frente a la desconfiada

El Santo Padre reflexionó sobre las dos maneras de esperar al Mesías: la espera desconfiada, marcada por recelo, ansiedad y egocentrismo; y la espera gozosa, que confía plenamente en el Señor. Citando a san Pablo, afirmó que el cristiano no debe vivir en la angustia, sino encontrar esperanza y alegría en la oración y la fe. El consumismo, añadió Francisco, puede alimentar la insatisfacción, ya que quien vive para sí mismo nunca encontrará verdadera felicidad. Por el contrario, el Papa subrayó que la verdadera alegría nace del encuentro con Cristo, quien libera de la tristeza y llena el corazón de paz y esperanza.

Ejemplos de piedad popular

Francisco destacó la importancia de la fe vivida a través de prácticas como el rezo del Santo Rosario y la participación en las cofradías. Según él, el Rosario, cuando se reza con devoción, ayuda a mantener el corazón centrado en Cristo, mientras que las cofradías promueven el servicio a los demás y enriquecen la liturgia con las tradiciones del pueblo. Animó a estas asociaciones a mostrar cercanía y disponibilidad, especialmente con los más vulnerables, haciendo activa la caridad cristiana.

El mensaje final: alegría, paz y esperanza

El Papa cerró su mensaje recordando que la venida del Señor es fuente de alegría y salvación. “Cristo es la fuente de nuestra alegría”, afirmó, animando a los fieles a mantenerlo siempre en el corazón y a transmitir esperanza a los demás, especialmente en medio de las dificultades del mundo. Con especial énfasis, Francisco pidió que las comunidades cristianas acompañen a los más necesitados, especialmente a los ancianos, quienes son “la sabiduría de un pueblo”. También valoró la presencia de niños, recordando que ellos son la alegría de una sociedad. Finalmente, agradeció a los corsos su hospitalidad, animándolos a proteger sus tradiciones, no como un aislamiento, sino como un puente para el encuentro y el compartir.

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Reflexión final

En este Adviento, el Papa Francisco nos invita a renovar nuestras vidas con una fe gozosa, una esperanza que no defrauda y un corazón dispuesto a servir. La pregunta «¿Qué debemos hacer?» es un recordatorio constante de nuestra capacidad de transformación espiritual, guiados por la presencia cercana del Señor.