Santa Ángela de Foligno, conocida como «la mensajera de Dios», es la figura central del santoral de hoy. Su nombre, de origen griego, representa el papel de ser portadora de un mensaje divino. En España, más de 94.000 mujeres celebran su santo en honor a esta gran santa.
Ángela nació en Foligno, Italia, en el siglo XIII. Durante su juventud, vivió rodeada de lujos y preocupada por las apariencias, pero no encontraba verdadera felicidad. A los 35 años, tras la pérdida de su madre, esposo e hijos, experimentó un profundo cambio interior.
En su búsqueda de paz, Ángela escuchó la predicación de un sacerdote franciscano, quien la inspiró a confesarse y emprender un camino de fe. Vendió todas sus propiedades y repartió los bienes entre los pobres, respondiendo al llamado de Cristo de desprenderse de sus «castillos» terrenales.
Su intensa devoción a la Pasión de Cristo la llevó a vivir en contemplación y éxtasis espiritual. Ángela murió el 4 de enero de 1309, dejando un legado de transformación, humildad y entrega absoluta a Dios.
Santa Ángela de Foligno nos recuerda que el verdadero gozo proviene de desprendernos de lo que nos ata al mundo material y de acercarnos más a Dios. Hoy es una oportunidad para reflexionar sobre aquello que debemos soltar para vivir en plenitud y fe.
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El Papa concluyó su mensaje invitando a todos a abrir las puertas de su corazón a Jesús, quien ya ha abierto de par en par la puerta de su amor y misericordia.
“Que esta Navidad sea un tiempo de reconciliación y esperanza, donde todos podamos caminar juntos hacia un futuro de paz y unidad”, finalizó Francisco.