El 26 de diciembre está dedicado a San Esteban, conocido como el primer mártir del cristianismo. Este santo fue un diácono de la Iglesia primitiva de Jerusalén, elegido por los apóstoles para ayudar a distribuir alimentos y atender a los más necesitados. Su nombre, de origen griego, significa «victorioso».
En España, 28.859 hombres celebran hoy su santo en honor a San Esteban, una figura central en los primeros años de la Iglesia.
San Esteban fue uno de los siete diáconos seleccionados para resolver conflictos en la distribución de ayudas entre los judíos helénicos y hebraicos. Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, Esteban era «lleno de fe y del Espíritu Santo». Su labor como archidiácono lo convirtió en un ejemplo de liderazgo y servicio en la comunidad cristiana.
El martirio de San Esteban fue un acontecimiento decisivo en la historia del cristianismo. Acusado injustamente de blasfemar contra Moisés y contra Dios, fue llevado ante el Sanedrín. A pesar de los falsos testimonios en su contra, Esteban defendió su fe con valentía, lo que finalmente llevó a su lapidación.
El relato bíblico destaca que, en medio del juicio, su rostro parecía el de un ángel, reflejando su paz y conexión con Dios. Su muerte lo convirtió en el primer mártir del cristianismo, un testimonio de entrega total a la fe.
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Además de San Esteban, hoy también se conmemora a otros santos importantes:
Cada uno de ellos dejó una huella profunda en la historia de la Iglesia, contribuyendo al fortalecimiento de la fe en sus respectivas épocas.
El día de San Esteban nos invita a reflexionar sobre el valor del servicio, el compromiso con la fe y la capacidad de defender nuestras creencias con amor y valentía. Su ejemplo sigue siendo una fuente de inspiración para los fieles de todo el mundo.