El Papa Francisco: La alegría como clave para servir a los pobres

Fotografía: Vatican News
“Que vuestra limosna se ofrezca con un corazón alegre”
Exhorta el Santo Padre a un grupo de benefactores vietnamitas en Roma
En un emotivo encuentro este 19 de diciembre, el Papa Francisco recibió en la Sala del Consistorio del Vaticano a un grupo de benefactores de las Obras Misionales Pontificias, provenientes de Estados Unidos y con raíces vietnamitas. Durante su discurso, el Papa destacó la importancia de la alegría y el amor al servir a quienes viven en los márgenes de la sociedad, recordando que la fe es un motor para transformar vidas.
Una fe que trasciende fronteras
Francisco elogió la “fe robusta” de los católicos vietnamitas que emigraron a Estados Unidos, subrayando que esta fortaleza espiritual inspira un compromiso continuo con las comunidades cristianas, incluso a kilómetros de distancia de su patria. El Santo Padre los animó a mantener vivo este espíritu misionero, afirmando:
“Que el Señor os conceda ofrecer siempre vuestra limosna con espíritu alegre, y que vuestros sacrificios den fruto en la vida de vuestros hermanos y hermanas.” Un llamado al servicio alegre y esperanzador El Papa resaltó que el próximo Jubileo será una oportunidad para profundizar en el encuentro con Jesucristo, el centro de la esperanza cristiana. Citando la bula del Año Santo Spes non confundit, reiteró que Cristo debe ser anunciado “siempre, en todas partes y a todos”.
Asimismo, Francisco recordó cómo la Iglesia, desde sus inicios, vivió en una comunidad donde se practicaba el apoyo mutuo:
“El mandato del Señor es cuidar de los últimos, pero es importante hacerlo con un corazón alegre, con una sonrisa.”
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El espíritu misionero como testimonio de Cristo
El compromiso de estos benefactores con las obras misioneras de la Iglesia es, según el Papa, un ejemplo concreto de cómo la fe puede llevar esperanza y ayuda a comunidades vulnerables en todo el mundo. En este contexto, el Papa destacó que los sacrificios realizados con alegría son un reflejo del amor tierno y compasivo de Cristo, un amor que se convierte en testimonio vivo de la misión cristiana.
Esta visita y las palabras de Francisco se enmarcan en los preparativos del Jubileo, un tiempo que invita a todos los fieles a renovar su fe y caridad, siempre con un espíritu alegre.