Este monumento, construido con más de 1.700 piezas ensambladas, no solo es un homenaje a la cultura paisa, sino también un símbolo de transformación y esperanza para una comunidad que renace de un oscuro pasado.
A diferencia del icónico Cristo Redentor de Río de Janeiro, el Cristo paisa refleja las raíces antioqueñas. Porta un carriel, símbolo de la cultura local, una ruana típica sudamericana, y la bandera de Colombia sobre sus hombros. Estas características lo convierten en un ícono único, impregnado del espíritu y la tradición de la región.
La idea nació de Jamerson Restrepo, un empresario que vivió de cerca los conflictos que azotaron la Comuna 13 entre 2001 y 2003. Restrepo perdió a su padre y dos tíos durante esa época y quiso rendirles homenaje a través del arte. «Este Cristo es un símbolo de transformación, de un lugar que pasó de la violencia al color y la esperanza», expresó Jamerson.
La creación de esta obra involucró a 40 artistas, ingenieros y artesanos colombianos. Cada una de las 1.700 piezas de ácido poliláctico fue reforzada con fibra de vidrio y resina, asegurando durabilidad y compromiso ambiental. El montaje fue comparable a armar un gigantesco rompecabezas, uniendo piezas de apenas 25 o 30 centímetros.
Desde su inauguración el 20 de diciembre, más de 3.000 personas han visitado la escultura, impactando positivamente la economía local. Los negocios cercanos han experimentado un aumento en ventas, y los habitantes celebran la llegada de turistas que ahora consideran la Comuna 13 un destino obligado.
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El Cristo se encuentra en el segundo descanso de las famosas escaleras eléctricas de la Comuna 13. La entrada tiene un costo de 10,000 pesos colombianos (aproximadamente 2.5 dólares), mientras que el recorrido general por la comuna es gratuito y ofrece una experiencia cultural única.
El Cristo Redentor Paisa no solo redefine los límites de la impresión 3D, sino que también simboliza el renacimiento de una comunidad. Este nuevo atractivo turístico refuerza cómo el arte y la tecnología pueden transformar espacios, generar desarrollo sostenible y celebrar la resiliencia de sus habitantes.