A pesar del avance en el debate de la reforma a la salud en el Congreso de la República, se mantienen prendidas las alarmas por una eventual pérdida de empleos en este sector.
Aunque el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, considera que se incrementarían las plazas de trabajo gracias a la iniciativa, la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, ACEMI, reiteró que con el “fin” de las EPS, “se destruye el concepto de seguridad social y se reemplaza por una recolección de recursos. Se eliminan conceptos básicos del aseguramiento como el plan de beneficios así como la figura de asegurador y nociones financieras básicas como reservas técnicas, inversiones y patrimonio técnico”.
Esta agremiación puntualizó que “el texto aprobado se plantea metas que resultan de difícil cumplimiento: en dos años, al menos 2.000 CAPS tendrán que estar construidos, habilitados y en operación. Para entonces, además, esos centros deberán administrar la información y el registro de todas las personas que viven en el territorio nacional, no solo colombianos sino también migrantes. Todo eso pese a que hoy no existen recursos, capacidades o sistemas de información que hagan viable el modelo”.
El ministro Jaramillo finalmente llamó a ACEMI a reevaluar esas cifras arguyendo que las empresas promotoras de salud no desaparecerán con esa reforma.
