El gobierno del presidente Gustavo Petro tenía programada para este martes la discusión de la reforma tributaria en las Comisiones Económicas de Cámara y Senado, buscando iniciar el debate legislativo. Sin embargo, la sesión se aplazó debido a que no se logró finalizar una ponencia positiva para el proyecto.
La reforma, conocida como ley de financiamiento, pretende cubrir un déficit presupuestario de 12 billones de pesos que el Ejecutivo necesita solventar antes de finalizar el año. No obstante, la falta de quórum en las reuniones previas, sumada a la falta de consenso entre los más de 30 ponentes, ha retrasado el proceso.
El Ejecutivo intentó convocar a los congresistas desde el lunes, pero menos de 10 legisladores atendieron el llamado, lo que impidió alcanzar acuerdos. Aunque técnicamente el proyecto podría radicarse con una sola firma, la falta de apoyo político envía un mensaje negativo al Legislativo y a la opinión pública.
Entre los principales obstáculos que enfrenta la reforma se encuentran:
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La falta de avances en esta reforma tributaria no solo retrasa la solución del déficit presupuestario, sino que también pone en jaque la capacidad del gobierno para implementar su agenda económica. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ha sugerido la posibilidad de convocar sesiones extraordinarias para tratar de avanzar en el debate antes de que venza el plazo.
Se ha convocado una nueva sesión para este jueves, otorgando al Ejecutivo un margen de dos días para lograr los apoyos necesarios. Sin embargo, analistas coinciden en que las circunstancias políticas adversas y la resistencia de los legisladores dificultan un desenlace favorable para el gobierno.
El desenlace de este proceso será crucial no solo para la gestión del presidente Petro, sino también para la estabilidad económica del país en 2024.