Este domingo 1 de diciembre, el Papa Francisco dirigió su mensaje del Ángelus en la Plaza de San Pedro, marcando el inicio del Adviento. Durante su discurso, el Pontífice alentó a los fieles a enfrentar las preocupaciones de la vida personal y las incertidumbres del mundo contemporáneo con esperanza y confianza en Jesús.
Refiriéndose al Evangelio del día, Francisco destacó la importancia de las palabras de Jesús a sus discípulos: «Levántense y alcen la cabeza, porque se acerca su liberación». En un mundo donde las angustias y los miedos pesan como piedras sobre el corazón, el Papa instó a no dejarse vencer por el abatimiento.
El Santo Padre explicó que la clave para superar el desánimo es confiar en el amor de Jesús, que nos salva y está presente en cada momento de nuestra existencia. Según Francisco, este tiempo de Adviento es una oportunidad para:
Francisco invitó a los presentes a dirigir la mirada hacia el cielo, no como una evasión de la realidad, sino como un acto de fe que permite interpretar las circunstancias terrenales bajo la luz del plan divino.
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El Papa concluyó su reflexión llamando a los fieles a preguntarse si su corazón está agobiado por miedos y preocupaciones, o si han aprendido a mirar con los ojos de Dios. «Que este Adviento nos ayude a levantar la mirada hacia Él, que aligera el corazón y nos sostiene en el camino», afirmó.
Con este mensaje, Francisco recordó que el Adviento no es solo una preparación para la Navidad, sino también un tiempo para renovar la esperanza y el compromiso con el amor de Dios.