Nacido en 1177 en Ósimo, San Silvestre fue un canónigo que, tras reflexionar profundamente sobre la fugacidad de la vida debido a la muerte de un amigo cercano, decidió abrazar una vida eremítica. Se retiró a una cueva en los Apeninos, donde comenzó su camino de ascesis y espiritualidad profunda. A medida que otros lo buscaban para aprender de su ejemplo, fundó la comunidad de Monte Fano en 1230, adoptando la Regla de San Benito.
La congregación de los Silvestrinos, aprobada en 1247 por el papa Inocencio IV, se dedicó no solo a la vida contemplativa sino también al ministerio pastoral, destacándose por su pobreza, abstinencia y predicación. San Silvestre falleció en 1267, dejando un legado espiritual que sigue vigente.
El nombre Silvestre, de origen latino, significa «del bosque» o «salvaje». En España, 2.139 hombres celebran hoy su santo gracias a San Silvestre.
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Además de San Silvestre Gozzolini, el santoral incluye: