Cortesía: DW / Hussein Malla / AP / Picture Alliance
Avanzan las tareas de remoción de escombros y rescate en Turquía y Siria tras una semana de los terremotos de 7,8 y 7,6 grados en la escala de Richter. Las cifras de fallecimientos son escalofriantes.
Sumados a estos impresionantes dígitos, se confirmó el desgarrador número de heridos que es de más de 80 mil, sin embargo, se tiene contemplado por parte de la ONU que las víctimas mortales alcancen las 60 mil, con la salvedad extraoficial de que existan 150 mil cuerpos de quienes aún no han sido rescatados por los organismos de socorro.
En medio de este lamentable panorama, el gobierno de Turquía enfrenta una crisis institucional puesto a que el actual mandatario Recep Tayyi̇p Erdoğan, quien busca su reelección, está envuelto en críticas por incumplimiento a las normas de construcción y la luz verde express a varias obras que aparentemente no estaban aprobadas para su ejecución.
A pesar de estas acusaciones el mandatario prometió ayuda monetaria para las familias de las víctimas y aseguró que la totalidad de viviendas estarían reconstruidas al final de este año, ante la preocupación por el costo parcial de este desastre el cual oscila entre los 80 y 84 mil millones de dólares.
De otro lado, las Naciones Unidas también solicitaron con urgencia que se habiliten más cruces fronterizos entre Siria y Turquía, para entregar ayudas a las personas más vulnerables, otro estamento que también requiere elementos de asistencia humanitaria es la Cruz Roja Internacional, que solicitó con urgencia tiendas de campaña y agua para atender a las personas heridas que fueron rescatadas de los escombros.