Fotografía: DW/Juan Diego Montenegro/AP/picture alliance

Frente al asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, Estados unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas condenaron el crimen y manifestaron su solidaridad con el pueblo ecuatoriano.


En el marco de las investigaciones, el gobierno de Joe Biden ha comunicado su interés en ayudar al país con las pesquisas y asegurar que los responsables rindan cuentas. El secretario de estado, Antony Blinken, manifestó en su cuenta de Twitter (rebautizada como x) que su nación estaba dispuesta a brindar asistencia.

“Condenamos enérgicamente el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio y ofrecemos nuestras condolencias a su familia y al pueblo de Ecuador. Estamos listos para ayudar a las autoridades locales a llevar ante la justicia a los perpetradores de este acto atroz”, tuiteó blinken.

Por otro lado, medios internacionales como Bloomberg citaron fuentes anónimas para indicar que Estados Unidos podría estar considerando desplegar al FBI en Ecuador como parte de las investigaciones. El diario informó que Washington había planteado esta posibilidad en la noche del miércoles.

Posteriormente, el propio Guillermo Lasso confirmó esta información. “He solicitado apoyo al FBI para la investigación del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio Valencia. La agencia federal de investigación e inteligencia de EE.UU. Aceptó nuestra petición y una delegación llegará al país en las próximas horas”.

Ecuador ha decretado el estado de excepción en todo el territorio nacional, lo que facilita el patrullaje de militares en las calles de un lugar afectado por la violencia relacionada con el narcotráfico.

Villavicencio, quien también era periodista, destapó varios casos de corrupción y había denunciado amenazas contra él y su equipo de campaña la semana pasada. Falleció pocos días antes de que los ecuatorianos acudieran a las urnas para elegir su futuro gobierno.

En relación con la ola de violencia, la tasa anual de homicidios prácticamente se duplicó el año pasado, alcanzando los 25 casos por cada 100.000 habitantes. Además, la crisis carcelaria se suma a la espiral de inseguridad y caos que ha resultado en la muerte de más de 430 reclusos desde 2021.

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