En la mañana del 4 de junio, decenas de jóvenes se manifestaron frente a la sede del Ministerio del Interior en Bogotá, exigiendo atención a temas humanitarios y de seguridad
Los manifestantes, portando palos, banderas y pancartas, bloquearon la entrada al Ministerio del Interior antes de dirigirse a la Nunciatura Apostólica. Su objetivo: presionar al Gobierno nacional para que escuche sus peticiones.
En las instalaciones del Ministerio del Interior, los manifestantes exigieron la instalación de una mesa de negociación y el desmonte del paramilitarismo. Las demandas principales están relacionadas con la atención insuficiente del Estado a los temas humanitarios y de seguridad.
El Ministerio del Interior envió una comisión para dialogar con los representantes del Congreso de los Pueblos, quienes lideraban el plantón. Sin embargo, después de una hora, el Coordinador Nacional Agrario se trasladó a la Nunciatura Apostólica en la localidad de Teusaquillo. Allí, instalaron un refugio humanitario y denunciaron la presencia policial y del antiguo ESMAD, que obstaculizaba su derecho a la movilización.
Estas manifestaciones también se extendieron a otras regiones, como la Región de los Dos Ríos (Bajo Cauca y Nordeste antioqueño) y el Sur de Bolívar, así como al departamento de Cesar.
El Congreso de los Pueblos, en su lucha por la paz, denunció la arremetida genocida paramilitar contra las comunidades en los territorios. Exigen cambios en la estructura de seguridad nacional y mecanismos de protección.
Según Indepaz, en lo que va del 2024, más de 70 líderes sociales han sido asesinados en Colombia, junto con alrededor de 10 firmantes del Acuerdo de Paz.