En su tercer día en Lisboa, el Papa Francisco ha continuado su participación en la Jornada Mundial de la Juventud al encontrarse con los representantes de algunos centros de asistencia y caridad de Portugal.
El Papa ha destacado la importancia de vivir, ayudar y amar juntos, resaltando que cada persona es un don valioso y sagrado para Dios, la comunidad cristiana y la comunidad humana. En este sentido, el Papa ha enfatizado que todos debemos enriquecer el conjunto y dejarnos enriquecer por los demás.
Además, el máximo jerarca de la iglesia Católica ha mencionado la importancia de actuar concretamente y no perder tiempo en lamentos, sino enfrentar las necesidades con alegría y confianza en la providencia. Citando a San Juan XXIII, el Papa ha recordado que la iglesia no es un museo de arqueología, sino una institución viva que debe responder de manera concreta a las necesidades de la sociedad.
El Santo pontífice también ha compartido la inspiradora historia de Juan de Dios, quien fundó la orden de los hermanos hospitalarios. A pesar de ser encerrado en un manicomio, Juan de Dios no se desmoralizó y, llevando la cruz, encontró la inspiración para ayudar a los enfermos. Esta historia ejemplifica el amor inquebrantable y la confianza en Dios que todos debemos tener.
En su discurso, Francisco ha animado a los presentes a hacer de sus vidas un regalo de amor y alegría. Además, ha agradecido a todos por su labor y ha pedido especialmente a los niños que sigan adelante y recen por él.
La Jornada Mundial de la Juventud es un evento internacional en el que se espera la participación de miles de jóvenes portugueses y de todo el mundo. Portugal, siendo un país mayoritariamente católico, muestra un gran interés y entusiasmo por este evento.
Además, en los próximos días, el Papa tiene programados otros viajes internacionales, lo que indica que su salud está mejor de lo que se pensaba. Entre estos viajes, destaca su visita a Mongolia y su participación en un encuentro religioso en Marsella, Francia.
La participación del Papa Francisco en la JMJ y su presencia en distintos eventos internacionales reflejan su compromiso inquebrantable con la fe y su deseo de acercarse a quienes más lo necesitan.
Su dedicación y empeño son inspiradores para todos, y nos recuerdan la importancia de actuar con amor y solidaridad hacia los demás.