Papa Francisco: El Espíritu Santo Nos Libera del Horror de que Todo Acaba Después de la Muerte
Durante la audiencia general del 16 de octubre, el Papa Francisco explicó cómo el Espíritu Santo da vida nueva a los creyentes
Nos libera del temor a la muerte, destacando la importancia de la fe en la vida eterna
En la audiencia general celebrada el 16 de octubre en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco profundizó en la comprensión de la plena divinidad del Espíritu Santo y su papel vivvificador dentro de la Iglesia. El Papa explicó que cuando decimos en la Misa “Creo en el Espíritu Santo”, afirmamos que el Espíritu es Dios y que nos concede la vida eterna, liberándonos del miedo de que todo termina con la muerte.
El Espíritu Santo y la vida eterna
El Pontífice recordó a los presentes que el Espíritu Santo habita en cada uno de nosotros, y su presencia en nuestras vidas nos da esperanza y nos reconcilia con el concepto de la vida después de la muerte. Según Francisco, esta fe en la resurrección nos libera del horror de pensar que no hay redención para los sufrimientos e injusticias que se viven en la Tierra. Al compartir el señorío de Dios, el Espíritu Santo nos guía hacia una vida sobrenatural, la vida en Cristo.
Un recorrido histórico de la fe en el Espíritu Santo
El Papa también hizo un recorrido por el camino que llevó a la Iglesia a comprender la plena divinidad del Espíritu Santo, un proceso que culminó en el Concilio Ecuménico de Constantinopla en el año 381, donde se declaró que el Espíritu Santo “es Señor y da vida”. Con estas palabras, la Iglesia afirmaba que el Espíritu Santo comparte la gloria y adoración que pertenecen al Padre y al Hijo, y procede de ambos.
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Reconciliación de diferencias entre Iglesias
El Papa mencionó también la histórica disputa sobre el “Filioque”, un término que generó divisiones entre las Iglesias de Oriente y Occidente sobre la procedencia del Espíritu Santo del Padre y del Hijo. Sin embargo, Francisco expresó optimismo, resaltando que el clima de diálogo ha hecho que estas diferencias pierdan rigidez, abriendo las puertas a una reconciliación.
Concluyendo su catequesis, el Papa subrayó que, aunque existen diferencias entre los cristianos, lo más importante es que se reconcilien en el amor y en el caminar juntos hacia la fe compartida.