Incendios en la Amazonía brasileña alcanzan máximos históricos por tercer mes consecutivo debido a la sequía
La Amazonía brasileña enfrenta uno de los peores incendios en más de una década
Impulsados por la sequía prolongada y la explotación ilegal de tierras
Sequía prolongada alimenta los incendios en la Amazonía
La selva amazónica brasileña está experimentando una intensa oleada de incendios forestales por tercer mes consecutivo, un fenómeno impulsado por una prolongada sequía en gran parte de Sudamérica, vinculada al cambio climático. Este patrón de incendios ha afectado gravemente el ecosistema de la región y ha propagado nubes de humo que han cubierto grandes áreas del continente.
Los incendios, que suelen ser provocados deliberadamente para despejar tierras para la agricultura o la ganadería, se han intensificado debido a la creciente inflamabilidad de los bosques bajo condiciones extremadamente secas.
Récord de incendios en septiembre desde 2010
En septiembre, se registraron 41.463 focos de incendio, el número más alto para este mes desde 2010, de acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). Esta cifra representa un aumento significativo con respecto a los años anteriores, y lo mismo ocurrió en julio y agosto, cuando los incendios también alcanzaron máximos históricos. Los incendios acumulados en los primeros nueve meses de 2024 marcan el peor registro desde 2007, según los datos oficiales.
El estado de Pará, que alberga la desembocadura del río Amazonas, es una de las regiones más afectadas, con un número récord de incendios. Pará será sede de la Cumbre COP30 de las Naciones Unidas sobre cambio climático el próximo año, lo que subraya la urgencia de abordar la crisis medioambiental.
Impacto visible desde el aire: humo y riberas secas
Un reportero de Reuters que sobrevolaba el estado de Pará en un vuelo hacia Santarem describió una extensa capa de humo que cubría cientos de kilómetros. Además, los niveles extremadamente bajos de agua en la cuenca del Amazonas también eran visibles, dejando al descubierto grandes áreas de riberas arenosas secas. Estos paisajes desolados reflejan las dramáticas consecuencias de la prolongada sequía y los incendios que asolan la región.
Acciones del gobierno de Brasil contra los incendios criminales
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha calificado estos incendios de “criminales”, refiriéndose a las prácticas de algunos grupos que provocan incendios con el fin de apropiarse ilegalmente de tierras. En muchos casos, estos delincuentes no buscan utilizar las tierras para la agricultura, sino venderlvas más tarde para obtener ganancias. El director ejecutivo del Instituto de Investigación Medioambiental de la Amazonía (Imazon), Andre Guimaraes, señaló que los incendios son aprovechados por estas personas para adquirir tierras a expensas del medioambiente.
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La policía federal de Brasil ha incrementado sus esfuerzos para combatir los delitos ambientales, no solo en la Amazonía, sino también en otras áreas afectadas por la deforestación y los incendios. De enero a agosto de 2024, 62.268 kilómetros cuadrados de la selva amazónica brasileña han sido consumidos por el fuego, una cifra alarmante que refleja la magnitud de la crisis.
Con la llegada de la temporada de lluvias en las próximas semanas, se espera una reducción en la intensidad de los incendios, pero los expertos advierten que la situación no se resolverá de manera sostenible sin una intervención seria y duradera.