El norte de Israel fue escenario de un ataque de Hezbolá que dejó cinco personas muertas en la localidad de Metula. Entre las víctimas se encuentran un granjero israelí y cuatro trabajadores extranjeros, según el Canal 12 de Israel. Simultáneamente, en el sur del Líbano, seis trabajadores sanitarios perdieron la vida y otros cuatro resultaron heridos en múltiples ataques aéreos israelíes. Este incremento de violencia ha elevado las cifras de víctimas entre el personal sanitario libanés, con un total de 178 fallecidos y 279 heridos en el último año, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Líbano.
Mientras continúa la escalada en el norte de Israel y el sur del Líbano, funcionarios estadounidenses, Brett McGurk y Amos Hochstein, se dirigen a Israel con la misión de buscar un alto el fuego. La intención es enfocar las negociaciones en una tregua tanto en Líbano, donde Israel enfrenta a Hezbolá, como en Gaza, donde el conflicto con Hamás persiste.
La población en Baalbek, una ciudad en el este de Líbano, recibió nuevamente advertencias de evacuación por parte de Israel, lo cual generó una evacuación masiva hacia la ciudad cristiana de Deir al-Ahmar. Allí, las autoridades locales están luchando por atender las crecientes necesidades de los refugiados, muchos de los cuales han pasado la noche en sus vehículos debido a la falta de refugio adecuado. “No podemos seguir así”, declaró Jean Fakhry, funcionario local.
Hezbolá ha mantenido los ataques hacia posiciones israelíes en Jiyam, ciudad estratégica en el sur del Líbano. En un anuncio reciente, el grupo terrorista informó que su jefe adjunto, Naim Qasem, asumirá el liderazgo tras la muerte de Hasán Nasralá, quien fue abatido en un ataque aéreo israelí en Beirut el mes pasado.
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La visita de los enviados de la Casa Blanca representa una oportunidad para reducir las tensiones y establecer un camino hacia la paz. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica con intensos enfrentamientos y evacuaciones que mantienen a la región en una situación de crisis humanitaria.