Absoluto repudio nacional generó el cobarde atentado del ELN contra una unidad militar en Norte de Santander donde nueve soldados fueron asesinados.
Tras la emboscada, el gobierno del mandatario Gustavo Petro respondió que estos actos son signos muy negativos para la paz total, por lo que exigió a la guerrilla camilista cumplir estrictamente con el derecho internacional humanitario.
Tras el ataque, el presidente Gustavo Petro llamó a consultas a la delegación del gobierno en la mesa del ELN, países garantes y acompañantes. “Un proceso de paz debe ser serio y responsable con la sociedad colombiana”, llamado que “no implica un congelamiento de los diálogos”.