El Papa Francisco dirigió el Ángelus desde la Plaza de San Pedro este domingo 3 de noviembre, enfatizando en su mensaje que la esencia de la fe cristiana reside en el amor, tanto hacia Dios como hacia el prójimo. Ante una multitud de fieles, el Santo Padre explicó que no importa solo cumplir prácticas religiosas, sino actuar con verdadero amor en el corazón.
Reflexionando sobre el Evangelio del día, el Papa se inspiró en su encíclica reciente, Dilexit Nos, para recordar que el amor es la «fuente y raíz» de nuestras convicciones y elecciones. “Amarás al Señor tu Dios” y “amarás a tu prójimo” constituyen, señaló el Pontífice, el núcleo de nuestra fe, y no pueden separarse.
El Papa Francisco invitó a los presentes a realizar un examen de conciencia diario. «¿Es el amor a Dios y al prójimo el centro de nuestra vida?» cuestionó el Santo Padre, incentivando a que cada acción sea guiada por un amor sincero.
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Para finalizar, el Papa Francisco invocó a la Virgen María como ejemplo de amor incondicional. Pidió su intercesión para que todos los fieles aprendan a amar a Dios y a los demás, siguiendo el ejemplo de su corazón inmaculado, que siempre estuvo dispuesto a servir con amor.