Francisco, Primer Papa Latinoamericano
Por: Andrea Bernal
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Argentina, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Hijo de Mario Bergoglio, un contador del ferrocarril, y Regina Sívori, ama de casa, Jorge fue el mayor de cinco hermanos.
Desde joven mostró una profunda vocación religiosa. A los 21 años ingresó a la Compañía de Jesús, los jesuitas, una orden conocida por su formación rigurosa, su enfoque educativo y su trabajo con las comunidades más vulnerables.
Formación académica y religiosa
Estudió química antes de seguir el camino sacerdotal. Se licenció en Filosofía y Teología en el Colegio Máximo de San Miguel. Fue ordenado sacerdote jesuita en 1969 y más tarde se convirtió en provincial de los jesuitas en Argentina entre 1973 y 1979, durante uno de los períodos más oscuros de la historia del país, la dictadura militar.
Durante esos años, su papel fue controvertido, se le ha acusado de no proteger lo suficiente a algunos sacerdotes perseguidos, aunque también hay testimonios que señalan su labor silenciosa para ayudar a personas perseguidas por el régimen.
De arzobispo a cardenal
En 1992 fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires y en 1998 asumió como arzobispo de Buenos Aires. Desde allí lideró una Iglesia austera, enfocada en los pobres y con una fuerte crítica social. Usaba transporte público, vivía en un pequeño departamento y cocinaba para sí mismo.
En 2001 fue nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II. Su perfil bajo y compromiso pastoral lo distinguieron dentro del clero latinoamericano, aunque nunca fue una figura mediática.
Un Papa diferente: elección en 2013
Tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, el 13 de marzo de 2013, fue elegido como el 266º Papa de la Iglesia Católica. Eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad, paz y defensa de la naturaleza. Fue el primer Papa latinoamericano, el primero jesuita y el primero no europeo en más de mil años.
Desde entonces, ha marcado un pontificado centrado en la misericordia, la justicia social, el medio ambiente y la cercanía con el pueblo. Ha renovado el discurso papal con un lenguaje más directo, actual y abierto al diálogo con el mundo moderno.
Influencia global
Francisco es una de las figuras más influyentes del siglo XXI. Ha intervenido en conflictos internacionales, ha promovido encuentros interreligiosos, ha criticado fuertemente la cultura del descarte y ha abogado por una economía más humana. Su impacto trasciende lo religioso: es escuchado en foros climáticos, cumbres políticas y espacios académicos.
Una despedida con esperanza
Hoy el mundo despide a Francisco con tristeza, pero también con gratitud. Se va un hombre que incomodó a muchos por decir la verdad con amor, que prefirió las periferias a los palacios, que eligió ser llamado “siervo de los siervos” antes que soberano.
Pero su voz no muere. Su mensaje queda sembrado en millones de corazones que entendieron, gracias a él, que Dios no está lejos ni en silencio, sino presente en cada gesto de ternura y justicia.