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En una impresionante manifestación de dolor y rabia, miles de iraníes se reunieron en la Universidad de Teherán para el funeral de Ismail Haniyeh, líder político de Hamás. Haniyeh murió en un ataque que muchos atribuyen a Israel. La multitud, ondeando banderas palestinas y llevando retratos del difunto líder, expresó su indignación y exigió represalias por su muerte. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, encabezó el rito mortuorio, advirtiendo que buscarán «un duro castigo» contra Israel como respuesta.
El funeral de Haniyeh en Teherán se produce en un momento de alta tensión en la región. Haniyeh estaba en Irán para asistir a la investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Su muerte ha sido vista como una grave escalada, y Jamenei ha prometido venganza, calificando el asesinato como una agresión directa contra Irán.
Simultáneamente, el ejército israelí confirmó la eliminación de Mohammed Deif, jefe militar de Hamás, en un bombardeo en Gaza. Israel responsabilizó a Deif de orquestar la masacre del 7 de octubre en territorio israelí, lo que desató la reciente guerra en Gaza. Estos acontecimientos subrayan el estado de constante conflicto entre Israel y las fuerzas de Hamás, con Irán jugando un papel de apoyo crucial al grupo islamista.
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