Las Fuerzas de Defensa de Israel encontraron los cuerpos de cuatro rehenes secuestrados por Hamás en la Franja de Gaza, lo que ha generado dificultades para un nuevo alto al fuego
Tras la confirmación de la recuperación de los cuerpos de cuatro ciudadanos de Israel, cientos de personas se reunieron fuera de la oficina del Ministerio de Defensa en Tel Aviv. Lanzaron arengas contra el Gobierno de Netanyahu, criticando su gestión del conflicto con Hamás y los obstáculos para negociar el retorno de los secuestrados.
Para los líderes de Hamás e Israel, poner fin a la guerra en Gaza se ha convertido en un juego de supervivencia. Los términos en los que la guerra concluya podrían determinar su futuro político y control sobre el poder. Para el líder de Hamás, Yahya Sinwar, incluso podría ser una cuestión de supervivencia física.
Las negociaciones anteriores han fracasado debido a esta tensión. Por lo tanto, el tema de poner fin permanente a los combates se ha pospuesto para las últimas etapas del plan esbozado por el presidente estadounidense Joe Biden el viernes pasado.
Biden reconoció que la transición de conversaciones sobre un acuerdo limitado de rehenes por prisioneros a discusiones sobre un alto el fuego permanente será “difícil”. Israel cree que más de un tercio de los rehenes de Gaza han fallecido. Las autoridades estiman que 120 personas siguen cautivas, y 43 de ellas han sido declaradas muertas sin que se encuentre su cadáver.
El Parlamento de Eslovenia se prepara para pronunciarse sobre el reconocimiento del Estado de Palestina. Por otro lado, los esfuerzos de mediación para cerrar un acuerdo de alto al fuego se han estancado, y Qatar ha pedido una “posición clara” de Israel en respuesta a la propuesta de paz de EE. UU.