Fotografía: SIC
Este viernes arranca el proceso de desmonte del edificio Aquarela en Cartagena con la demolición del piso 24, en una jornada que marca el inicio de una importante fase del proyecto
El proceso de desmonte del controvertido edificio Aquarela en Cartagena ha comenzado oficialmente con la demolición del piso 24. A las 9:00 de la mañana de hoy, acompañado de autoridades locales, se dio inicio a esta fase crucial del proyecto que busca desmontar la estructura de manera progresiva y segura.
La Alcaldía de Cartagena empezó el proceso administrativo para el desmonte de Aquarela el pasado 28 de febrero, con la firma de un contrato con la empresa Atila, reconocida por su experiencia en demoliciones emblemáticas como el puente Chirajara y el edificio Mónaco. La demolición se realizará piso a piso, con especial atención a la protección del entorno y sin comprometer la seguridad estructural del Castillo San Felipe, considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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El contrato de demolición, con un valor de $11 mil millones, se llevará a cabo en un período de seis meses y se ha diseñado con un enfoque innovador, eficiente y sostenible para minimizar el impacto ambiental y evitar afectar las viviendas circundantes. El alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, supervisará personalmente el proceso, brindando su aprobación para el inicio de las obras.
Se estima que el domingo 31 de marzo desaparezca por completo el piso 24, marcando un hito importante en el proceso de desmonte de Aquarela. Para garantizar la transparencia y la seguridad de las comunidades cercanas, se han levantado 60 actas de vecindad antes del inicio de las obras, con el fin de registrar el estado de las edificaciones circundantes y resolver cualquier inquietud de los residentes.
El proceso de desmonte cuenta con un riguroso Plan de Manejo Ambiental, un Plan de Manejo de Tráfico y un Documento de Análisis y Evaluación del riesgo, asegurando así el cumplimiento de los más altos estándares de seguridad y protección ambiental. Además, el Distrito está explorando alternativas sustentables y de economía circular para la disposición de los escombros, considerando su transformación en elementos útiles para la comunidad, como hexápodos y pentápodos para proteger las costas de la ciudad contra la erosión y los embates del mar.
