Fotografía: AFP

En las nuevas operaciones de las fuerzas de defensa de Israel, un dirigente del grupo proiraní Hezbolá, murió en los bombardeos realizados al el sur del Líbano, mientras se organiza la ofensiva en Rafah.



Un líder del Hezbolá, que ya había sido herido en un ataque israelí contra su coche hace una semana, es uno de los diez muertos en un ataque del ejército de Israel en el sur del Líbano el miércoles por la noche.

En el ataque, que tuvo como objetivo un edificio en la ciudad de An nabatiya, murieron siete miembros de una misma familia, todos civiles. Tres miembros del Hezbolá pro-iraní, agrupación considerada como terrorista, incluyendo a un oficial militar herido en un ataque con drones en esa misma ciudad el 8 de febrero, también murieron, detalló la fuente.

Estas hostilidades hacen parte de las nuevas operaciones ordenadas desde Tel Aviv, donde ya se planean las movilizaciones y ataques dirigidos a al sur de gaza, despertando la preocupación internacional por los refugiados de Rafah, que rondan los 1.5 millones de desplazados, mayormente personas heridas, mujeres y niños.

Cientos de miles de palestinos desplazados están hacinados en esta ciudad, la más al sur de la franja de Gaza, donde se refugian en campamentos improvisados cerca de la frontera con Egipto, que actualmente se encuentra cerrada, huyendo de la campaña militar israelí. Pese a la presión internacional, Israel insiste en que entrar a Rafah es clave para eliminar a los batallones de Hamás.


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